1.
INTRODUCCIÓN
Este poema póstumo de Alfredo Bufano se
constituye en una dura crítica a la geopolítica de la posguerra. Su cosmovisión
católica se cruza en el poema para mostrar como los héroes de la segunda guerra
mundial se convirtieron en los nuevos opresores del orden resultante de la
posguerra. El poema es profético. La posguerra nos vertió en el infierno de la
Guerra Fría y las constantes amenazas del caos nuclear. Bufano no alcanzó a ver
el mundo de la posguerra murió en sus inicios, pero su visión traspasó la
frontera del tiempo y es un poema contestatario que ha alcanzado un grado
sublime de universalidad. Todos los caídos en las guerras injustas, en las
guerras en las cuales la única motivación ha sido la sed de poder se
trasfiguran en este poema. El soldado de la puede ser cualquier caído en las guerras
ocultas de los OTAN y el bloque del este.
2.
ORGANIZACIÓN DEL POEMA
La
elegía presenta el siguiente esquema organizativo. El punto 1) se corresponde a
una introducción, los puntos 2), 3) y 4) se corresponden con la historia
personal del “yo lírico”. El punto 5) constituiría el envío o la reflexión
final.
PARTE
|
ESTROFAS
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TEMA
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1
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1 y 2
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Razones del soldado para morir
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2
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3, 4, 5, 6 y 7.
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Locus Amenus (vida pastoril y
labriega).
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3
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8 a la 19.
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Descenso a los infiernos (partida a
la guerra).
|
4
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19 a la 26.
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Muerte del soldado
|
5
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27 hasta el final.
|
La muerte ante una inútil victoria.
|
3.
LOS PARATEXTOS
El poema es acompañado de dos imágenes
bastantes significativas conviene analizar. Y no podemos dejar de pensar en
cierta disposición del título. ambos elementos nos brindan un gran aporte a la
interpretación del poema.
Si observamos la disposición del título
del libro lo primero que se pone de manifiesto en la palabra ELEGÍA resaltada
en rojo. El rojo como es evidente
es un color que relacionamos con la
sangre, con la muerte. Y en simultáneo antes de acceder al poema ya entendemos
que se tratará de un poema profundamente triste. Luego la información es
ampliada con la introducción del resto del título del poema.
En la contratapa con la misma simbología
encontramos el brazo de un esqueleto elevando desde un charco de sangre un
gorro frigio. El gorro frigio es un símbolo clásico de la libertad. Nuevamente
podemos relacionar este ícono con la imagen del soldado luchador de la libertad
ahogado en la sangre que significó su victoria inútil.
Nos interesa resaltar las imágenes justamente
porque son el anuncio de lo que vamos a leer al adentrarnos en el poema. Una
lucha sangrienta por la libertad que culminó en un lamento profundo.
4.
LA ELEGÍA
La elegía en cuanto género se
caracteriza por ser un poema en el cual se vuelca un lamento profundo. En la
antigua Grecia la elegía era un canto funerario. Ambos conceptos deben ser
volcados en el poema de Bufano. Tenemos un yo lírico que manifiesta su profundo
dolor por su muerte, una muerte que ha sido en vano. Una elegía funeraria que
no solo abarca al soldado muerto sino a toda la civilización que ha sido
derrotada por la posguerra. Entonces el lamento crece y toma proporciones
épicas el yo lírico se manifiesta como un héroe derrotado por las
circunstancias que presenta ante un nuevo orden mundial en el cual los
salvadores del mundo se han convertido en los opresores.
5.
EL CONFLICTO IDEOLÓGICO EN LA COSMOVISIÓN DE
BUFANO
El pensamiento religioso de Bufano se
manifiesta en cada punto del poema. Durante la primera mitad del siglo XX el
papado condenó el liberalismo, el comunismo y el nazismo. Es evidente que el
poeta era conocedor de estas condenas a los grandes sistemas ideológicos del
siglo XX. Son denunciados en cada verso del poema.
Por otra parte, es innegable que hay en
el poema una defensa de la dignidad humana que durante el siglo XX se vio
coartada por estos sistemas ideológicos. Los campos de concentración nazis y
los Gulags soviéticos en los cuales los opositores fueron deshumanizados para
ser llevados al exterminio.
Y por último una defensa de la libertad.
¿Pero cómo debemos entender la libertad dentro del poema? Para esto debemos
remitirnos a los puntos centrales del poema. La libertad ya aparece en el poema
desde el título. Y debemos destacar que el yo lírico es un soldado americano
esto deja una impronta particular que nos puede desviar del verdadero
significado de la libertad dentro del poema. Los hombres son esclavizados
mediante la aparición de los sistemas totalitarios dentro de sus vidas. La
existencia se ve coartada. Son obligados a dejar su tradición y su vida para
arrojar incienso sobre los ídolos de la ideología. Tres elementos se resaltan
en el soldado y que son los mismo que se afana en proteger: Dios, la patria y
la familia. No poseer de estos tres elementos es carecer de libertad. Son los
mismos elementos que nos entroncan en una tradición, en una sociedad, en una
cultura. El Soldado marcha en defensa de estos valores.
6.
¿QUIÉN ES ESTE SOLDADO?
El yo lírico del poema tiene dos
aspectos centrales: es soldado y es agricultor. Estas dos dimensiones se
unifican para crear una red de significaciones que permite comprender la
magnitud de la lucha por la libertad.
El poema convierte al Soldado en un
símbolo. Se relaciona estrechamente con la épica. La protección la patria, la
familia y el móvil religioso son propios del héroe épico. Sabemos que es un
soldado creyente, que es agricultor y que antes del conflicto tenía un
compromiso matrimonial.
Se configura como un héroe épico por
tres rasgos:
·
Tiene
las virtudes heroicas en grado superlativo: la defensa de la libertad humana
como constitutivo de su dignidad,
·
Su
móvil es la religión rasgo que queda claro por su espiritualidad que se
transmite en cada verso del poema,
·
Y
tiene un final trágico el Soldado ha muerto en combate por sus valores y
virtudes.
Morir por Dios, por la patria y por la
familia es un tema recurrente en el mundo de la épica griega y medieval. Se
convierte de esta manera en un arquetipo de la lucha por los valores
trascendentes. Es así como este personaje consigue una profunda hondura
simbólica. Se relaciona con toda una tradición de héroes épicos: con Roland
tocando el olifante, con el Cid siendo desterrado…
Según Cirlot el agricultor representa
una fuerza de regeneración, renovación y salvación (53). Agrega a esta observación, siguiendo a
Mircea Eliade, que el hombre aprendió de la naturaleza que la semilla y es
enterrada y renace cobrando una nueva forma. Esto mismo ocurre con el hombre
que tras morir vuelve a la vida recobrando una nueva forma (Cirlot, 53). ¿Qué
interpretamos de estas apreciaciones de Cirlot? El yo lírico es agricultor y
soldado. Si atenemos al primer aspecto es un elemento fundamental de la
regeneración de la tierra en cuanto es capaz de reformar el orden cósmico. Su
muerte es el sacrifico que florece en el árbol de la patria y la libertad:
Duro es morir en los juveniles años.'
Pero yo soy feliz porque lo hice por mi Patria,
por algo más bello todavía:
la libertad de todos los hombres de la tierra
(Bufano, 1950, 5).
Los
primeros versos del poema dejan entrever este aspecto del agricultor como
renovador del orden. Pero es agricultor y soldado.
7.
ESPACIO/TIEMPO EN EL POEMA
Dentro del poema hay un juego profundo
sobre el manejo del cronotopo entendido como la unión de espacio y tiempo.
Tenemos tres lugares enlazados por el personaje: el espacio de la granja, el
espacio de la guerra, el espacio postmortem. Cada uno de estos espacios tiene
un tiempo determinado. El personaje realiza una gran analepsis saltando desde
“el mundo de los muertos” para volver a rememorar su vida en el mundo de los
vivos. Tenemos un comienzo en el locus amenus, el paraíso de la granja, y el
descenso a los infiernos del cual no regresa vivo.
El tercer espacio no posee marcar
textuales claras, pero podemos inferir que el soldado se encuentra ante Dios.
Él es su interlocutor y a quién le está pidiendo volver a la vida para remediar
la situación de la posguerra. Los siguientes versos nos ayudan a esclarecer a
quién se dirige el yo lírico del poema:
¡Pero no puedo
reposar, Dios mío! (Bufano, 1950, 5).
Pero un día —¡he aquí, Señor lo inenarrable—
aparecieron en el mundo
sobrecogido de dolor y de espanto
las siniestras jaurías
de la agresión y la barbarie sin fronteras (Bufano,
1950, 6).
¡Maté, Señor! ¡Y sé que es condenable matar!
Comprendo, Señor, que eran hermanos desconocidos. (Bufano,
1950, 8).
Las exclamaciones dirigidas a Dios son
constantes en el poema lo que deja en evidencia que el Soldado se encuentra
ante Dios. El Soldado está denunciado los crímenes de los sistemas totalitarios
directamente a Dios en un pedido de retractar su fallida victoria.
8.
PARAÍSO/INFIERNO
Dentro del poema podemos identificar una
dualidad entre paraíso (vida bucólica) y el infierno (vida en la guerra). Esta
dualidad estructura una importante parte del poema. Entra en relación con el
cronotopos poético pero en este caso analizaremos su matiz simbólico en
relación con la tradición literaria y los tópicos. Dos tópicos podemos
identificar:
a)
Locus
amenus,
b)
Locus
terribilis.
A continuación, veremos como van
cobrando profundidad simbólica.
Luego de que el yo lírico comunica su
muerte inmediatamente aparece su vida antes de la guerra. Diversos aspectos nos
llevan de inmediato a un ambiente pastoril en el cual reina la belleza, la
calma y el amor familiar y las esperanzas del amor representado en la novia del
soldado. La vida rural se presenta como una herencia familiar lo cual lo
arraiga a ese terruño el soldado afirma que es la sagrada herencia de sus mayores.
Yo vivía allá lejos, más allá de los mares,
más allá de muchos países desconocidos.
Era dichoso con mi arado y mis bueyes,
con mi hacha y mi cabaña
, sagrada herencia de mis mayores
como el sudor de mi frente
y mis leales manos encallecidas.
Los elementos del paisaje constituyen un
elemento fundamental que conlleva una fuerte carga emocional. En la siguiente
cita resaltamos las palabras fundamentales del poema que le dan un matiz
afectivo a la tierra y las extensas praderas. Ambos elementos fundamentan el espacio
simbólico del poema:
¡Qué amor
sentía por mis campos!
Mi corazón era un cernícalo
gozoso
sobre las dilatadas praderas.
(Bufano,
1950, 5).
La vida
agrícola del poeta se presenta como un locus amenus. La labor del campo y el
contacto con la naturaleza son dos aspectos fundamentales de la vida Bufano.
Gran contemplativo y con espíritu franciscano profundo, el poeta mendocino
sabía que a través de la contemplación de la naturaleza se podía llegar a Dios.
La vida labriega del soldado es la primera forma mediante la cual el llega al
conocimiento de Dios. La vida rural es el paraíso no solo por el paisaje
deleitable sino por el contacto con la divinidad por medio de la naturaleza. El
siguiente verso nos permite esclarecer estas afirmaciones la plegaria se une al
ambiente natural del soldado:
Mis
plegarias se unían al canto de las alondras,
al
rumor poderoso de los ríos,
al mugido cálido del toro
La ruptura se produce en
la siguiente estrofa:
Pero un día —¡he aquí, Señor lo inenarrable! —
aparecieron en el mundo
sobrecogido
de dolor y de espanto las
siniestras jaurías
de la agresión y la barbarie sin frontera
¡Jamás vieron los hombres nada
igual!
Aldeas, ciudades, naciones eran
arrasadas
por hordas monstruosas de
jabalíes enloquecidos
de soberbia, de orgullo y de
codicia.
Torvas manadas de bisontes
profanaban los templos-y las
tanderas. (Bufano, 1950, 6).
En el
primer verso de la estrofa el conector de oposición “pero” quiebra todo lo dicho anteriormente. Inmediatamente la
palabra inenarrable produce termina
de producir el quiebre. Inenarrable dicción con varias acepciones, pero dos
fundamentales:
a) Algo majestuoso y descomunal,
b) Algo que no puede ser narrado.
La palabra
condensa estas dos acepciones ya que nos encontramos ante la desoladora
situación del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Si nos remitimos al contexto
histórico la Primer Guerra Mundial fue la primera contienda en la cual murió el
mayo número de civiles de la historia hasta ese momento. Las nuevas armas
devastaron las ciudades. La Segunda Guerra Mundial significó el mismo nivel de
destrucción, pero en magnitudes aún mayores. El sentido de inenarrable debe
entenderse en este contexto: una cantidad colosal de muertes militares y
civiles cuyo rastro de sangre no puede ser narrado.
Los
siguientes puntos de la estrofa continúan con una aliteración que marca el
rastro de destrucción de la guerra. Es justamente introducida por la palabra
inenarrable. Observemos nuevamente la estrofa:
Pero un día —¡he aquí, Señor lo inenarrable! —
aparecieron en el mundo
sobrecogido
de dolor y de espanto las
siniestras jaurías
de la agresión y la barbarie
sin frontera (Bufano, 1950, 6).
Las
aliteraciones serán constantes a lo largo del poema en los puntos en los que se
destaca la guerra. En estrofas posteriores el labrador se convierte en soldado.
La quietud del campo es quebrada y se ve en la obligación de mudarse las
vestiduras lo cual significa cambiar los hábitos de vida, y asumir una nueva
identidad:
Las legiones de monstruos
avanzaban por los cuatro rumbos del planeta.
Fué entonces, lo recuerdo,
cuando troqué mis ropas de labrador dichoso
por
estas de soldado que hoy cubren mis cenizas- 7
Pero, descender al infierno
de la guerra necesita una travesía. La siguiente estrofa señala este aspecto:
Atravesamos
océanos, duros cielos,
remotos
ríos, vírgenes selvas, aterrados archipiélagos,
desiertos
espectrales, altiplanos, maniguas,
traidoras
dunas y escondidas ciénagas.
Pero íbamos
contentos. ¡Lo sabes tú, Señor,
que oías
nuestras plegarias en la noche!
Lo saben
todos los vientos
que se
llevaban nuestras joviales canciones
y los himnos de nuestros países lejanos. 8
La
enumeración anterior pone de manifiesto el ingreso al caos de la guerra. El
héroe atraviesa el umbral. Se aleja del paraíso para adentrarse en la guerra.
En ella asesina:
¡Maté, Señor! ¡Y sé que es condenable
matar! 8. Pero
comprende que fue por la libertad de los hombres.
9.
LA MUERTE DEL HÉROE
El héroe como dijimos tiene
final trágico y este aspecto le da el primer impulso al tono elegiaco del
poema. Encuentra la muerte y pasa al encuentro con Dios. Esto se produce en el
campo de batalla:
¡Y un día yo también hallé la
muerte!-
¡Ah, Señor, con qué extraña
claridad lo recuerdo!
Tras dure encuentro nos tocó
el reposo
con el acre sabor de la
victoria,
Yo, cubierto de fango
nauseabundo
y salpicado por la sangre
de mis camaradas caídos,
me acerqué a un arroyo
murmurante
que atravesaba un delicioso
huerto,
me eché de bruces sobre el
fresco musgo
y hundí mi rostro en las
corrientes aguas.
¡Qué acto simple, que delicia
pura!
Los líquidos rumores
despertaban.
en mí remotos ecos de
canciones
de mi infancia libérrima, a en
mis verdes prados. 10
El
espacio de la muerte es bastante significativo supone un regreso al paraíso
perdido de los versos iniciales. En el momento de la muerte el Soldado se
encuentra con un arroyo y un huerto. En la estrofa siguiente se introduce la
siguiente estrofa con un paralelismo sintáctico que con la repetición del verbo
fue paraliza tiempo en el instante:
Fué en ese instante de total
abandono,
fué en ese instante de laxitud
y de entrega,
fué en ese instante de
inefable olvido,
fue en ese instante en que mi
alma reposaba
y yo era el hombre recuperado,
cuando llegó la muerte
sigilosa,
invisible y artera. 10
Llega la
muerte el poeta se encuentra en el medio del campo de batalla. Pero se siente
un hombre recuperado. Vuelve al paraíso perdido de la estrofa anterior. Pero la
muerte no alcanza porque la muerte no le permite descansar. Descubre que su
muerte, la de sus compañeros ha sido una muerte inútil:
Aquí estoy, bajo la tierra, en la repugnante
compañía
de crecientes legiones de vermes insaciables.
Yazgo aquí, en una huesa sin cruz y sin nombre,
como muchos millones de camaradas.
jPero no puedo reposar! ¡No puedo reposar!
¡No puedo reposarl
¡Porque
ahora comprendo, Señor, que he muerto en vano! 11
Hasta el
momento de la muerte del Soldado nos encontramos con una analepsis. Tras el
relato de su caída nos encontramos en el presente en el momento desde el cual
está narrando la historia. Y es en este momento en el cual comienza a realizar
la acusación más dura contra los nuevos opresores. El último verso es uno de
los más terribles el Soldado reconoce que su sacrificio, su juventud truncada
fue en vano.
10. OPRESORES/OPRIMIDOS
Las
imágenes de pesadilla que pueblan las escenas anteriores a la muerte evidencian
la crítica al nazismo. Tras el fin de la guerra y la muerte del soldado se plantea
un nuevo quiebre. Los aliados que se consagraron como defensores de la libertad
son ahora los opresores. El comunismo soviético y los gulags son el foco de
atención del poema. El Soldado ha perdido la paz tras su muerte y observar el
nuevo estado de cosas en el cuál se encuentra el mundo:
¿Cómo dormir? ¿Cómo
encontrar sosiego?
Insomne desde aquí,
pavorosamente insomne,
con los ojos acusadores
de mi eternidad
sigo viendo a los
hombres transformados en chacales.
Diversas marcas dejan ver en
el poema la desatada persecución religiosa producida en la URSS. La cita
bíblica y el pronombre Aquel en mayúsculas deja en claro las referencias
religiosas. La referencia a los venerables pastores nos retrae nuevamente a la
religiosidad. Es evidente la referencia
a la persecución de los cristianos:
en infames mazmorras
agonizan
venerables pastores
cuyo único crimen es
su encendido amor
por Aquel que nos
dijo:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”;
se aherroja a la palabra insobornable
Los persecutores son caracterizados mediante sutiles metáforas
referentes en su mayoría al mundo animal:
se extiende sobre todo lo creado
como horrendas brigadas de crótalos
y espantables legiones de velludas arañas
y repulsivas escolopendras.
Pero hay algo más
triste todavía,
algo infinitamente más
amargo:
¡No hay lugar en la
tierra para los hombres libres!
¿Cómo dormir? ¿Cómo
encontrar reposo? 12
Las metáforas relacionadas con insectos
y serpientes amplían el significado de los perseguidores. Son evidentemente
hijos del mal y de la oscuridad. Un mal que el futuro arrojará al olvido:
Seréis
broza, y no "polvo enamorado’’,
y
crecerán sobre ella oscuramente
odio y
rencor, si no piadoso olvido.
Es
clara la referencia al soneto de Quevedo. Los autoritarios luego de manejar un
poder omnímodo serán broza serán
desecho no el polvo enamorado que vivirá en la eternidad.
Finalmente,
el Soldado dirige sus palabras a los perseguidores:
¡Basta, insensatos, basta!
¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!
¿No oís mi grito cósmico
al que se une el de millones de hermanos
inmolados como yo por vuestra ceguera
y
vuestros odios estériles?
¿No veis mis horribles manos
cruzadas ante vosotros en actitud de
súplica?
¿No veis que se estremecen mis despojos?
¿No
oís que irrumpe de mi boca desdentada?
mi
tremendo clamor
como
un torrente de abrasadora angustia? 13
una
serie de preguntas se dirigen a los señores de la guerra, sin hallar respuesta.
La muerte de millones de americanos muertos en la guerra no tiene valor para
quienes han decidido impulsar nuevas injusticias. En versos anteriores la
victoria ha sido vista como algo inútil: ¡Cuántas
derrotas experimentamos/ antes de alcanzar la inútil victoria definitiva! La
muerte del Soldado ha sido en vano. Consiguió la libertad por un breve lapso de
tiempo. Razón por la cual, el Soldado al final del poema pide una segunda
muerte. Venció al nazismo pero, fue en vano surgieron nuevos opresores
destinados a destruir la paz de la tierra. Terminada la Segunda Guerra Mundial
comienza la Guerra Fría. El comunismo comienza a extenderse a liberar las persecuciones
religiosas. El mundo vuelve al principio y el Soldado siente desde la eternidad
que ha muerto en vano.
La razón
de que el poema sea una elegía no es tanto la muerte del Soldado sino más bien
el hecho de que haya muerte en defensa de la libertad y una vez ganada la libertad
se pierda con la aparición de los nuevos regímenes autoritarios.
11. CONCLUSIONES
El
poema insinúa una dura crítica a los sistemas totalitarios del siglo XX junto
con una mirada negativa de la guerra en cuanto que los defensores de la
libertad se convirtieron en opresores. Comunismo y nazismo son representados
sutilmente en el poema mediante referencias a sus víctimas. El pueblo de Israel
en las razas de sagrado linaje y en el cristianismo en los venerables pastores.
Por medio de los perseguidos podemos identificar a los agresores. Y concluir en
primer lugar que el poema representa una crítica a las ideologías totalitarias.
En
segundo lugar, vimos en el personaje del Soldado ciertos rasgos del héroe
épico. Un luchador de la libertad entendida como los móviles antiquísimos del
héroe: la religión, la patria y la familia. Es así como Bufano ha conseguido
estructurar en un mismo poema temas de raigambre universal unidos a los motivos
propios de su contexto político y social inmediato. La genialidad del poema reside
justamente en este aspecto tan caro a Bufano universalizar lo inmediato.
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